Un inocente y blanco corderillo, que la existencia apenas saludaba entre olorosos campos de tomillo en dulce paz y con placer pastaba.
Un sapo le miraba desde el infecto lodazal cercano, y con melosa voz y lisonjera le dijo "Ven, hermano, deja ya tu monótona pradera, que en aqueste recinto misteroso donde reino absoluto soberano, gozarás de un encanto delicioso."
El pobre corderillo era curioso y se arrojó al pantano, pero en vez de placeres seductores sólo fango encontró, fango y dolores.
Horrorizóse al ver el inocente su cándido vellón de lodo lleno; sintió que le mataba aquel ambiente, y el sapo seductor dejó en el cieno y abandonó el pantano prontamente.
Dichoso el que al tocar el precipicio luchando con valor como el cordero deja el inmundo cenegal del vicio y del sublime bien vuelve al sendero.
JOSÉ ROSAS MORENO.
Freddy Gomez. ^-^
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